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II año de Teología de la Diócesis de Matagalpa |
Soy originario de Sébaco, en mi familia somos ocho hermanos, yo el menor de los varones. Dios me ha concedido la gracia de venir de una familia muy católica, mi papá era Delegado de la Palabra, yo desde muy pequeño acostumbraba ir a Misa sin el consentimiento de ellos.
Mi
vocación nace en Juventud Franciscana (Jufra), en el 2008 viví mi retiro de
conversión y posteriormente viví mi experiencia de noviazgo durante cinco años.
¿Cómo
nació mi vocación? Yo nunca había pensado ser sacerdote, viví una vida normal
como joven, pensando en mi futuro: mi carrera, mi esposa, mi casa, etc. En el 2010,
después de diferentes experiencias alejado de Dios, tuve una crisis existencial,
por lo que me dediqué mucho a la oración en la cual pedía se aclarara la
vocación a la que Dios me llamaba. Como todo joven tenía muchas dudas y miedos,
por lo que pedía al Señor que me ayudara a saber que quería de mí y sobre mi
inquietud. Unas de las veces que solía pasear con mis amigos, encontré a la
orilla del rio un crucifijo, que aún lo conservo, y eso fue la señal para
decidir que Dios me llamaba al sacerdocio.
En el mismo año, un amigo me invitó a que
fuera a las convivencias vocacionales y fui a mediados de ese año, me gustó el
ambiente y el 29 de enero de 2011 entré al Seminario Menor de Matagalpa, debo señalar
que en este año lo que caló más en mi persona fue el área espiritual, una
experiencia única en la que el Señor me fue mostrando y confirmando la llamada
a esta vida vocacional en el camino de la formación al sacerdocio y, me atrevo
a decir que, la oración personal en el Seminario es la mejor herramienta e instrumento
de trabajo que el Señor nos da para discernir mejor nuestra vocación.
Pronto
vinieron las responsabilidades a las cuales he hecho frente y sigo respondiendo
por gracia de Dios.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieExd1MA-KH1EMsEjhnESsOHSVC_nX8KME1HKUcyuGDCWcIu_rTmNscOcJN9iOrM4gmuhtpHhTglskyYXTLllF0utNU7D-Lu6N8LkeA34Yd0JMATZbTZFdbfRP2cMvO7R5RhBCYql5yf2I/s320/Luis+Torres+Revista.jpg)
Sin embargo,
estimados lectores, esto es un camino de aventura y de fe, en donde Dios te va
mostrando el vivir y el sentir del pueblo y lo que te pide para que seas un
buen sacerdote; por ello reitero que son momentos de misericordia y en ella me
siento realizado y quiero seguir dando lo mejor de mí, para una entrega total y
magnífica al buen Dios con nosotros.
Agradezco
a todas las personas que me han venido apoyando en la oración, a mis
formadores, y espero que esta humilde historia de amor vocacional sirva para que
muchos jóvenes se animen a seguir al Señor a través del sacerdocio, Dios les
bendiga.
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