domingo, 10 de septiembre de 2017

ESPACIO LITÚRGICO

El color litúrgico en este tiempo es blanco. Entre sus signos y símbolos pascuales tenemos:

La Palma, la rama verde se consideran universalmente símbolos de victoria, de ascensión, de regeneración y de inmortalidad. Las palmas del domingo de Ramos prefiguran la resurrección de Jesucristo al terminar el drama del Calvario y la esperanza de nuestra propia resurrección.

 Las flores: Son el fruto del jardín del Calvario, del jardín de la Resurrección. Las flores son el fruto temprano la primavera radiante en su primer plenilunio. Las flores hablan siempre por sí solas de fragancia, de belleza, de fruto, de pureza, de vida.

 La luz: Jesús es la luz del mundo. Su Resurrección es la luz que disipa definitivamente las tinieblas del pecado y de la muerte. La liturgia de la Iglesia recrea este Misterio de la luz con el fuego de la Vigilia Pascual y con el Cirio (el Cirio simboliza la luz. La mecha hace fundir la cera, y así la cera participa en el fuego: de ahí la relación con el espíritu y la materia. En el Pregón Pascual se hace la alabanza del Cirio como imagen del lucero que no conoce ocaso: Jesucristo resucitado.), su simbólica imagen resucitada, su nuevo y definitivo icono pascual.

 La palabra: La Resurrección estaba presente en la entraña misma de las Escrituras, de la Palabra de Dios. La Vigilia Pascual tiene por ello una Liturgia especial de la Palabra y el lugar de la Palabra -el ambón, el atril- aparece florecido en Pascua.

El agua: Jesucristo es el agua viva, el manantial de la vida, la fuente de esperanza, el hontanar de la felicidad, es signo de vida, de limpieza, de purificación, de fecundidad. La Liturgia Pascual venera de modo especial el agua bendecida en la Noche Santa y en esta agua renueva su fe y promesas bautismales.

El pan: Jesucristo es el pan vivo bajado del cielo. El pan se convierte en su Cuerpo, llagado y resucitado, y quien lo come tiene ya en prenda la vida eterna.

 El vino: Jesucristo nos dejó su Sangre derramada como bebida para la remisión de los pecados y encomendó a su Iglesia, a sus sacerdotes, hacer memoria de ella. Jesús Resucitado es el vino nuevo y definitivo, que sacie y no embriaga.

 El incienso: El incienso era en la cultura pagana uno de los símbolos de la divinidad. En la Liturgia cristiana es también expresión de adoración y veneración. El incienso es usado especialmente en las Liturgias Pascuales. “Suba nuestra oración, Señor, como incienso en tu presencia”.

El aleluya: Jesucristo, en sus apariciones, llama a sus apóstoles y discípulos a la alegría. La palabra alegría en griego es “aleluya”. El “aleluya” es utilizado en la Liturgia Pascual de manera permanente. Su Resurrección es la alegría que nadie nos podrá arrebatar.

 La paz: Jesucristo es nuestra paz, es el Príncipe de la Paz. Con su Muerte y Resurrección ha hecho la paz y la reconciliación para siempre. Su saludo, en las apariciones tras la Resurrección, es una invitación a la paz. La paz es credencial de la Resurrección.

 -La misión: “Id a Galilea…”, “¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?”. “Id y predicad el Evangelio a todas las gentes…”. La Pascua no puede esperar. La gloria en nosotros y para nosotros del Resucitado no puede esperar. El Cielo no puede esperar. Pero todo ello se gana en la tierra anunciando la Buena Nueva de Dios y esperando su venida gloriosa.

Vivir la Pascua, es vivir el paso de la muerte a la Resurrección con Cristo, es tener en cuenta que Cristo ha roto las cadenas del pecado para liberar al hombre de todo mal, vivamos este momento con la debida disposición y alegrarnos de la victoria de Cristo sobre los poderes de mal.

Edgard Antonio Balmaceda Escorcia
II año de Teología 
Diocesis de Matagalpa 

“EL NÚCLEO DE LA IDENTIDAD PERSONAL”

El ser persona considerado por la Filosofía, es un constante descubrimiento de las capacida-des y limitaciones; soy capaz de soñar, pero también soy libre para hacer posible el sueño. La sociedad contemporánea cree en una ilimitada creatividad, sin embargo, desde el punto de vista crítico no tiene un horizonte humanista. 

Las ciencias experimentales llevan consigo una forma de pensar y hacer en el hombre. Cada año, nuevas creaciones y diseños de un estilo de vida material (entiéndase en cuanto al objeto) se reproducen y posicionan. El hombre vive para perfeccionar el mundo. Lo externo se vuelve de suma importancia para el sujeto. 

¿Quién soy? no es la pregunta más elaborada del hombre. En la realidad la pregunta se ha desplazado del núcleo humano (conciencia, espíritu, ser), hacia la apariencia: ¿cuánto dinero tengo?, ¿cómo me veo? ¿Qué necesito hoy? ¿Cómo llevar una vida placentera? ¿Cuándo son las vacaciones? Pero estas preguntas no responden mucho en realidad. La apariencia concreta del hombre no muestra el ser de la persona sin embargo se pueden hacer más preguntas al hombre.

¿Qué define tu vida? la respuesta es: soy una buena persona, me defino como un deportista, soy un universitario, soy un trabajador de la salud, soy un buen notario público. Si la pregunta se amplía hacia la identidad: ¿con qué te identificas? “mi apellido de familia es respetado”, “mi generación es más inteligente”, “el color de la bandera de mi patria”, “con las personas de mi barrio”, “con mis alcances obtenidos en (trabajo, universidad, religión)”. Sin embargo, la pregunta aparece más explícita para llevar al siguiente nivel.

¿Cuáles son tus objetivos? Apresuroso y la mayoría probablemente responda: “ser mejor que mis padres”, “ganar un trofeo”, “tener un buen trabajo”, “formar una bonita familia”, “vivir muchos años”, “conocer una nueva cultura”, “viajar a otros países”, “ayudar a mi fami-lia”. Las afirmaciones son sorprendentes en dependencia del rango de edad, por ejemplo: si las preguntas las responde un adolecente o un adulto. La edad es un factor de influencia para los objetivos. No podríamos pensar solo en los objetivos, claro está, se debe preguntar con mayor profundidad. 

¿Te identificas con tu ser, definición, y objetivos? la vida se compone de valores, cualidades, limitaciones, carencias entre otros aspectos. Vivir conforme a la identidad es importante porque conecta el interior de la persona con lo que piensas que es, de otra forma tendríamos una yuxtaposición de valores, cualidades etc.  Por ejemplo, es aficionado al béisbol, y desea ser un famoso, pero en el campo de juego es limitado por carecer de cualidades. Muestra que sus deseos y objetivos no están en el parámetro necesario para cumplirlos. 

La conducta humana con todos sus aspectos; conocimiento, liber-tad, comunidad y trascendencia son el núcleo de la identidad personal. Es una visión de posibilidades para la persona que desea dar sentido a su vida a través de las siguientes cualidades: metas, objetivos y proyectos.
Autenticidad: muestra las características típicas de lo auténtico, genuino, sencillo, espontáneo, abierto a las experiencias normales de la vida. Dinamismo de crecimiento: es el deseo de aprender, abierto a las experiencias íntimas expandiendo su conciencia y por lo tanto vive más consciente. Expansión de la conciencia: su horizonte es más amplio para captar los sucesos que vive. El marco donde percibe sus vivencias es mayor y esto lo capacita para resolver problemas ordinarios. 

Potencias avivadas: la persona tiene sus propias potencialidades y aptitudes en forma más asequible. Desarrollo del valor moral: la persona actúa rectamente, sus actitudes son conforme a los propios recursos naturales sin torcer la conducta sana. Amor de benevolencia: es a partir del yo profundo que surge un amor desinteresado. Magnanimidad: la persona tiene como virtud ayudar a la sociedad. Vivencia profunda de emociones: capacidad de vivir las propias emociones con autenticidad. Resolución de conflictos: el núcleo de la identidad unifica los conflictos y los resuelve sin que exista una confrontación interna. 

Captación de los valores: es la expansión del horizonte axiológico de la persona. Libertad: es la libertad axiológica que consiste en actuar conforme a los valores. Comunicabilidad íntima: el núcleo de la identidad provee seguridad a la persona, para abrirse a los demás. La educación: cuando la persona se integra el aprendizaje para al plano del ser personal. La integridad: unifica diversos estratos de la persona. 

La creatividad: esto surge como consecuencia de la expansión de la conciencia en la persona. La salud psicosomática: se reducen los padecimientos en relación a la vivencia del núcleo de la identidad personal.  La felicidad: una realización holística. Solo es posible gracias a la vivencia del núcleo interno que da esa posibilidad de integración. 

“El hombre es actualmente limitado, pero virtualmente ilimitado” (Gutiérrez, R, 1994). La sociedad contemporánea tiene la posibilidad de una apertura por encontrase consigo misma.  La persona tiene la posibilidad de conocer el núcleo de la identidad para dar sentido a su vida en la época en que vivimos. 
Jeyson Cruz Zeledón
III año de Filosofía 
Diocesis de Matagalpa

LA INQUIETUD

Carlos Mendoza
II año de Filosofía
Tenemos un conocimiento común y quizás de manera superficial acerca del hombre, y lo podemos definir muchas veces como un ser racional que está constituido por ciertas capacidades que lo hacen ser único, lo hacen ser persona; muchas veces o casi siempre por nuestro aprendizaje le atribuimos al hombre el estar compuesto por una parte material y otra espiritual (cuerpo y alma), también decimos que posee sentimientos, emociones, inteligencia. Pero muchas veces pasa por desapercibido –y no por que se ignore– un rasgo muy fundamental en el ser humano, que es la búsqueda incesante siempre presente en él; es este factor muy indispensable en el hombre, ya que sin ello estaría renunciando al mismo ser hom-bre, ya que estaría entrando en una especie de conformismo, prescindiendo de su misma realización. 
Si hacemos un recorrido por la historia de la humanidad encon-traremos presente desde tiempos muy antiguos al hombre que busca, encuentra y desea buscar más, y así vemos en cada etapa de la historia, descubrimientos que el hombre hace gracias a este deseo antes mencionado, el cual es un deleite para él mismo.
En la evolución del conocimiento del hombre, encontramos en la prehistoria a un hombre haciéndose preguntas sobre el mundo, a un hombre deseoso por adquirir cono-cimientos; deseoso por saber el origen del universo, saber sobre su origen propio, saber la verdad de las cosas y con urgencia encontrar una respuesta a estas interrogantes, ya que por su naturaleza no puede vivir con interrogante alguna; en su momento el hombre supo hallar respuesta explicándose las cosas mediante mitos, imágenes, figuras; y es que, era lo que su razonamiento que apenas gateaba, le suplía; luego con el paso del mito al logos(razón) con los primeros filósofos griegos vemos al hombre que ya se da otro tipo de explicaciones más razonadas, en donde su hallazgo es mejor fundamentado, signo de que su espíritu de búsqueda está muchísimo más  adiestrado que al inicio para seguir buscando, continuar desarrollándose y dejar su huella en el transcurso de la historia.

Lo interesante de esta dinámica del hombre y su búsqueda es que hay un factor clave, la inteligencia puesta en el hombre, que es única; la búsqueda siempre se enfocará en la verdad sobre él mismo y el mundo que le rodea. El problema se sitúa en un plano práctico y existencial (Juan Pablo II, Fides et Ratio, 1998), pues es claro que el sujeto de la búsqueda, no es un puro entendimiento, sino un hombre, un hombre que, según Aristóteles, se podría definir en función de la elección, como “inteligencia deseosa o deseo inteligente” (p. 1139, c. b, Aristóteles, Ética a Nicómaco, VI, cap. 2,). La razón es clara: una inteligencia sola no busca nada; una inteligencia deseosa, por el contrario sí. Ahora bien: hablar de inteligencia deseosa –y mejor aún, de “deseo inteligente” – es hablar de la condición práctica del hombre que es “ir detrás de”, ir detrás de todo aquello que anhela desde lo más íntimo de su corazón, esto es una elección, el hombre eligiendo buscar e ir hacia lo que anhela. 

Como ya he planteado anteriormente aludiendo sobre las primeras curiosidades del ser humano, sus primeras interrogantes sobre la verdad del mundo, sobre la primera causa de las cosas la pregunta que predomina, luego el hombre va a superar esta cuestión para ver el horizonte en él mismo, en su interior, preguntas como ¿Qué es el hombre? ¿Qué es lo que hay en mí mismo? ¿Quién soy? Son las que van a resaltar en este itinerario hacia el hombre mismo. 

En la antigüedad ciertamente hay vestigios de estudios antropológicos, como es el caso, en Sócrates, Platón, Aristóteles, en las escuelas helénicas; No se descuida del todo el hombre durante la Edad Media, pero será a partir del siglo XV con el Renacimiento y el Humanismo surgido en esta etapa en que se profundizará y se acentuará más sobre el estudio del hombre, en la pregunta del hombre por el hombre; cabe destacar en el siglo XIX, el nacimiento de la Psicología como ciencia autónoma, algo que vino a fortalecer más el estudio del hombre, sirviendo muchas veces de foco para hacer más eficaz nuestra búsqueda; todavía en el siglo XX con la prolongación del Existencialismo hasta mediado de este siglo se logra apreciar a un hombre enfocado en temas tales como, el análisis de la condición humana, la libertad y la responsabilidad individual, las emociones, así como el significado de la vida.

En esta época en que vivimos, tiempos del mundo postmoderno, pienso que es válido todavía pre-guntarse sobre el significado de la vida y el sentido de nuestra exis-tencia, aspirar a ese encuentro con la realización personal, aspirar a ese encuentro con la verdad, la verdad de cada hombre, a la que a todos nos une el deber de buscarla; esto es un principio intrínseco a todo ser humano ya que hay en lo más íntimo de cada hombre “una profunda insatisfacción personal”  (San Agustín, Ciudad de Dios) y nuestra naturaleza con el espíritu de búsqueda o inteligencia deseosa -con que todos contamos – es  la que nos va hacer ir tras todo aquello que anhelamos y nos hará felices. 

En contraste con lo que debe ser acorde a nuestra dinámica de búsqueda, tengo la impresión y sospecha, y es lo que quisiera seguir reflexionando en esta pregunta o ¿es que el hombre ha renunciado a buscar en las cosas, a buscarse él mismo o se ha conformado con lo que sabe o medio sabe de él y las cosas? Muchas veces me da la impresión que cualquiera de estas dos hipótesis pueden ser válidas. Y cuando veo que en nuestras sociedades actuales se ven bastante impregnadas problemáticas como el Hedonismo (identificar el bien con el placer), la violencia, el terrorismo y las guerras, que bien pudiéramos decir, que son problemas subsistentes desde siempre; pero que van en aumento y más aún cuando van surgiendo nuevas problemáticas como la anticoncepción por poner un ejemplo, entonces surge la siguiente interrogante ¿su-poniendo que el hombre no ha renunciado a esa búsqueda, entonces, qué es lo que busca actualmente y hacia dónde irá esta sociedad?.

CarlosFranceschi Mendoza Vílchez 
Estudiante de II año de Filosofía
Diócesis de León 

EL HOMBRE MÁQUINA

Adiel Castro
Estudiando de III año de Teología

Actúa el hombre por instinto y par-tiendo de esta pregunta de Aristóteles ¿Qué es lo que hace que el hombre se distinga del resto de los seres vivos? La capacidad del hombre es que él, a diferencia de los demás seres vivos, controla sus instintos, hace conciencia y expresa con el actuar y el hablar su sentir y su presencia en el mundo. Se puede visualizar al hablar de instintos, propios de cada ser vivo, propio del hombre, que este está llevado en plena conciencia a aquello que satisface todos sus gustos.
Han existidos movilizaciones grandes, movilizaciones denominadas las masas, estas traen como consecuencia  la pérdida de la identidad del individuo, este, actúa por reacción rápida y emocional, las masas son fáciles de ser influenciadas, en estas agrupaciones en las cuales se busca llamar la atención y sin importar las consecuencias llevan todo tipo de riesgo, en estas se encuentra el hombre, la unidad en la multiplicidad, el hombre es un ser único e irrepetible en la historia, goza de derechos, tiene deberes y una vida por hacer.
Sin reserva de ideas se ha catalogado a estos activistas, a la aglomeración de hombres como masas, los cuales quieren luchar por un solo objetivo en muchos casos, dependiendo del que el trasmisor quiera lograr, recolectando información y comunicándola al auditorio espe-rando siempre una actitud posi-tiva o negativa para actuar, se programan una tarea en conjunto, y en estas masas como punto de referencia el dominio egoísta sobre el poder del hombre.
Este hombre individual que actúa en la multiplicidad tiene objetivos, su objetivo al realizar un trabajo, puede ser que le apasiona, o puede ser el amor al dinero, más que amor al dinero también se puede recalcar la gran necesidad de realizar el trabajo para recibir un salario y así sobre-vivir. Aunque también sucede el caso de que este individuo realiza trabajos buscando grandezas, un estatus social, pero la vida por muy mala y muchas las necesidades que hayan, se quiere vivir, se asume el reto de vivir, sucede que también en la realización de aquellos trabajos tan necesarios el hombre está también cansado de hacerlos, se hace aquello sin ningún sueño por realizar, con una meta sin sentido, y seguirá haciéndolo toda la vida por pura necesidad, la necesidad económica aprieta y al dar una mirada pareciera que solo aguarda caos por las pobrezas extremas que llevan a la muerte de muchas personas.
Hombres actuantes en la multi-tud, en la competencia, pero esos hombres y cada uno tiene pensa-mientos diferentes, metas diferentes, sueños diferentes e inclusive problemas diferentes. Se ha querido forjar un hombre sabio capaz de conocer el mundo y a si mismo por el solo uso de la razón. 
A través del tiempo se ha intentado modificar los pensamientos, modificar las ideas e inclusive hasta un cambio social, dentro de esto está el giro antropológico. De una idea de Dios como centro del universo, se pasa a pensar que es el hombre el que ocupa el centro del universo, en cierta manera se procura darle importancia al hombre, pero sería bueno ver los conceptos o que es lo que se pensaba hacer con este hombre, las ideologías tendieron a crear una imagen errónea del hombre en donde era usado, el mismo hombre siempre ha tenido la idea de superioridad, pero se sigue con la idea dominante y terminan dominándose unos a otros.
Desde este punto no estamos viendo como Rousseau, que la civilización corrompida, era la causa de la pérdida de la libertad natural, para Aristóteles el hombre es un animal político, un animal que habla, para Descartes, un ser que piensa, para Kant un ser que juzga y para Marx un ser que trabaja, una idea bastante fuerte que influyó en la sociedad teniendo al hombre con el puro hecho del materialismo, el hombre es por lo que posee, su valor está determinado en lo material, siempre se cae a la lucha de los más fuertes, hay que esmerarse trabajando para sobresalir en lo material con tantos adquisidores, en esto es visto prácticamente el hombre como una máquina de trabajo.

El hombre sigue manipulable, se mueve en torno a sus necesidades olvidándose de sí, en el mundo actual existe una competitividad por encima del mismo, se pierden los valores religiosos, morales, sociales, el único interés es el trabajo. La sobrevivencia tan necesaria y existe mucho por hacer, el dinero es indispensable, cada día el hombre más dependiente de otro, se pierde el sentido del valor de la vida humana, el valor del otro, es tanto el movimiento que nos olvidamos de las necesidades del otro, se pierde la sensibilidad y solo hay un objetivo: la realización de una labor, simplemente se ha aceptado la vida, de todas formas, hay que vivirla. Pareciera que solo nacemos para morir, y así nada más. El aburrimiento de la vida, tanto desarrollo tecnológico lo vuelve todo fácil, pero lo tecnológico está matando al mundo, en la mente del hombre, nuestro control remoto ya fue fabricado a través de los celulares.

El avance del hombre hasta nuestro tiempo es increíble, va avanzando, nada lo supera y nada lo detiene, es contundente y veraz, va forjando un mundo dándole sentido a la existencia del mismo universo haciendo historia tratando de llegar a los lugares últimos, y si es posible preguntarse por ese Dios y saber si existe y si no existe entonces el hombre se siente dueño del mundo en otras palabras el mundo está en sus manos. 

En el desarrollo tecnológico se están creando nuevos círculos que crean adicción sobre todo al internet y otros medios, está el hombre en contacto con todo el mundo, el mundo se vuelve pequeño, la mente inquieta del hombre quiere descubrirlo todo, así en este sentido se vuelve un hombre llevado por sus instintos al querer obtener grandeza o el control de todo en cuanto existe no basta con conocer la tierra, también la idea de conocer lo que está fuera de la tierra el universo mismo hasta el punto de programar sus aventuras por el exterior para ver que hay o en que se puede beneficiar o tratando de garantizar su futura existencia en otro planeta ya que es consciente de que este planeta va en decaimiento.
Este ver más allá de los cielos, en el estudio de las cosas lleva al hombre a la contemplación, entre los dos planos del materialismo y el espiritualismo es posible encontrar una división a partir del mismo pensamiento, pero es claro que el espiritualismo es lo que le lleva al hombre a la búsqueda del sentido de la misma existencia tanto como de la naturaleza misma. Más claro sería que el hombre al reconocer la naturaleza ha encontrado sentido a su vida que va más allá del materialismo, es la que le hace nacer en si el espíritu de libertad, el sentido por la divinidad y a través de la cual se ha injertado en la historia.

Cuanto más se aproxima uno a la verdad, más encantadora la encuentra, el goce de la vida al ubicarnos en nuestra posición no se queda simplemente en los placeres de la satisfacción de los deseos también está el placer de experimentar la belleza, ¿Qué belleza o qué magnitud no poseen? El tiempo, el espacio, el infinito, la tierra, el mar, el firmamento, todos los elementos, todas las ciencias, todas las artes, todo forma parte de este género de voluptuosidad. Demasiado contraída en los límites de un mundo. La naturaleza entera es su alimento, y la imaginación su triunfo, así el hombre que está siendo como la máquina de las necesidades sociales que hay que suplir encontrara su lugar en el universo despertando de la realidad que lo tiene sometido, pero no desobligándose de su avance hacia el futuro.
Adiel Antonio Rodríguez
Estudiante de III de Teología 
Diócesis de Jinotega