lunes, 11 de septiembre de 2017

DE LA PASCUA JUDÍA A LA PASCUA CRISTIANA

Pbro. José Luis Serrano
Secretario de la Nunciatura de Nicaragua
La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús: ¿Cumplimiento de la pascua Veterotestamentaria? 

"Este mes será para vosotros el primero de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la comunidad de Israel: El día diez de este mes cada uno tomará una res por familia, una res por casa… La guardaréis hasta el día catorce de este mes; y, congregada toda la comunidad de Israel, la inmolará al atardecer" (Ex 12, 1-3.6). 

Estas son las palabras que Dios dirige a Moisés y Aarón en el país de Egipto instituyendo la Pascua. Así comienza la pascua en la tradición del Éxodo, relacionada con los ritos propios que el pueblo celebra, o sea, el rito del cordero, el de los ácimos y el rescate de los primogénitos.

1. Evento fundante pas-cual
Para conocer el desarrollo de la Pascua judía nos urge conocer dichos ritos. El llamado rito del cordero, proveniente de la tradición nómada del pueblo hebreo,  consistía en conducir los rebaños a la montaña en busca de los pastos de primavera. Antes de partir, se inmolaba de noche el cordero y se rociaba con su sangre los postes de la tienda, para proteger a los hombres y a los animales de los ataques del espíritu maligno. Otro rito que fundamenta la pascua judía es la fiesta de los ácimos, panes sin levadura, era el rito agrícola de primavera. Y, finalmente, el ofrecimiento y sacrificio de las crías primogénitas de los animales.

La Pascua judía nace en un contexto de legislación típicamente mosaica, en medio de las dificultades por las diez plagas que el pueblo sufrió en Egipto, terminando con la muerte de los primogénitos (Ex 12, 29-34). 
Así pues, el termino bíblico pascua proviene de la transcripción griega y latina, pasja; de una palabra de origen hebreo y arameo, respectivamente, pesah y pasha', que remite a su vez al verbo pasah, que significa pasar, saltar. Etimológicamente la palabra se inserta en un contexto de elección, de alianza porque Yahvé había pasado de largo por las casas de los israelitas en Egipto hiriendo a los egipcios y preservando las casas de los israelitas (cf. Ex 12, 25-28). Por este motivo, una segunda acepción del término pascua significa también fiesta, danza porque el pueblo había sido elegido para entrar en la tierra prometida, y este era el rito que los identifica como pueblo escogido. El paso por el éxodo es un elemento fundacional de la experiencia de Alianza con Yahvé.

La experiencia de salvación marca a este pueblo que conservará su tradición en la tierra prometida e incluso en momentos de exilio. La pascua será la muestra más significativa de que Yavhé, el Dios de Israel, ha sido beneficioso para con ellos. Este memorial será normativo para la comunidad israelita y marcará su condición de éxodo y alianza. Así se establece la solemnidad de la Pascua, que se celebra cada año el 14 de Nisan y en la cual los padres de familia inmolaban en el atrio del templo de Jerusalén un cordero, sin tara, signo de la salvación y de la purificación, y vínculo entre Yavhé y su pueblo.

2. La Pascua hebrea
Solamente desde la perspectiva hebrea podremos comprender la experiencia de liberación que el pueblo israelita vive y que será la clave de interpretación de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, como salvación universal del género humano.

Las fuentes principales para re-construir la pascua judía antigua son algunos textos extra bíblicos o apócrifos, los escritos de los autores judeo-helenistas del primer siglo, las tradiciones y los comentarios bíblicos judíos, así como los textos de la tradición rabínica y samaritana.

Sobre la base de estos documentos se puede reconstruir la estructura del ritual o seder pascual judío. Comienza con unos aperitivos en una habitación aparte, que comprenden hierbas amargas, una salsa, el haroset, fruta empapada de vinagre. Viene luego la bendición sobre el vino y la primera copa con la fórmula: "Bendito eres, Señor, Dios nuestro, rey del universo, creador del fruto de la vid". Luego comienza la comida que se toma en el piso superior de la casa recostado en el diván como señal de la libertad alcanzada. A continuación, se hace el relato de la pascua, con la explicación de los ritos por parte del padre, que responde a las preguntas del hijo menor. Es la haggadah pascual, que comprende los textos de Dt 6, 20-25; 26, 5-11; Jos 24, 2-13.

Los significados de los diferentes elementos de la cena pascual judía nos ayudan a comprender la celebración cristiana de la pascua. El cordero es el símbolo del sacrificio de la ofrenda a Dios, con un valor salvífico para el perdón de los pecados. El pan ácimo representa el pan de la prisa y de la huida, el pan de la desgracia, comido en el desierto, pero es también el primer fruto de la tierra prometida. La bendición es participar de la salvación como don de Dios y el vino representa el gozo y la fiesta.
Así pues, podemos concluir que el banquete pascual judío, con su significado religioso salvífico, ofrece el marco de comprensión de la pascua de Jesús y cristiana. Es memoria, anuncio y esperanza de la salvación definitiva.

3. El cumplimiento neo-testamentario dialógico
Lo que fue revelado en el texto fundante del Éxodo y todo lo que se concreta en disposiciones rituales halla su cumplimiento en el Señor Jesús que es la Pascua nueva y eterna como la liturgia nos invita a proclamar. Pero esta pascua no se puede concebir sin la primera pascua, tomando las palabras del profesor Massimo Grilli: el primer Testamento es el ombligo hebreo del cristianismo y no podemos entender la historia de la revelación sin ir a la fuente del pueblo de Israel.

El proyecto salvífico se actualiza en dos momentos significativos: el antiguo y el nuevo Testamento. La novedad de la Pascua de Jesús reside en la relación dialógica entre los dos Testamentos. El peligro radica en presentar la Pascua judía como dependiente de la Pascua de Jesús, y así la Pascua judía resultaría insuficiente, incompleta, imperfecta porque solo la Pascua de Jesús y la Pascua cristiana sería la perfecta y definitiva. 

El evangelio de Lucas presenta la sucesión más clara y evidente del rito judío y cristiano que tenemos: "A la hora fijada se puso a la mesa con sus discípulos. Y les dijo: 'He deseado vivamente comer esta pascua con vosotros antes de mi pasión. Os digo que ya no la comeré hasta que se cumpla en el reino de Dios'. Tomó una copa, dio gracias y dijo: 'Tomad y repartidla entre vosotros, pues os digo que ya no beberé del fruto de la vid hasta que llegue el reino de Dios'" (Lc 22,14-19).

Podemos concluir con la teología de Juan que ciertamente Jesús quería celebrar la Pascua con sus apóstoles, pero según (Jn 12,1) "seis días antes de la Pascua llegó Jesús a Betania" y toma la iniciativa para presentarse a Jerusalén. Hay una novedad que el evangelista Juan subraya: la muerte de Cristo como su triunfo; no sólo victoria sobre el pecado, sino "paso", pascua, al Padre (Jn 13,1) e ingreso de su humanidad en la plenitud de sus derechos divinos (Jn 17, 1b.5.24).

Pbro. José Luis Serrano Pentinat
Secretario de la Nunciatura en Nicaragua
Originario de España

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