sábado, 7 de mayo de 2016

EL ROSTRO DEL AMOR

Marcos Medardo,
Abril 2016, Fuente: Hernaldo

Desde la creación, la mujer en su rol de madre, es copartícipe de la conservación de la especie, tanto el hombre como la mujer, juegan un papel importante en la sociedad. En  tiempos inmemorables, la mujer fue vista de manera inferior al hombre, era la completa ama de casa, encargada de cuidar de los hijos y del esposo, sin ambiciones o decisiones personales, por citar un ejemplo, es hasta 1925 que la mujer ejerció el derecho al sufragio o voto ciudadano. En Nicaragua según sus estadísticas el 55% de la población está integrada por mujeres.

En un país como Nicaragua, donde se busca individualmente la coronación profesional, se debe tener en cuenta que se ha tenido que transitar por ciertas abnegaciones que han implicado un gran esfuerzo por parte de una persona que ama y es libre, esa persona es la mamá de cada uno en particular.

Nuestras madres nicaragüenses, de lucha incondicional, ejercen una actuación que es la clave fundamental para la determinación de los futuros ciudadanos, que tienen la responsabilidad de confeccionar una Nicaragua mejor.

El ser humano es un proyecto que se construye diariamente, las posibilidades del mismo son realizadas en el amor. Pero, ¿de dónde proviene el querer que otra persona se realice sin esperar nada a cambio? Dicho amor inagotable proviene de las madres emprendedoras y trabajadoras, que con sus sabios y acertados consejos encaminan a los hijos hacia la formación por la vía del bien.
La madre en Nicaragua se ha convertido en la columna vertebral de una sociedad que espera a gritos a los hombres del mañana, ella es la mayor responsable de la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos, transformando a unos bebés totalmente dependientes en unos adultos completamente independientes.

La madre suele llevar el peso de los niños: frecuentemente es la que elabora y cocina los alimentos, en ocasiones son sustentados por ellas mismas, hace las compras, media en el bienestar de la prole, domina la medicina pediátrica, en ocasiones de forma empírica, procura facilitar las decisiones de los hijos, toma su temperatura cuando éstos duermen, y un sinfín de detalles que surgen en el día a día de una familia. La madre más que cumplir un rol o tener una función en esta sociedad es la pieza fundamental de un enorme engranaje social en el cual se desarrollan sus hijos.

Marcos Medardo, 
Abril 2016, Fuente: Hernaldo
La madre es el incentivo, una luz que orienta a la persona necesitada, muchos pensadores nos han expuesto la falta de destreza del hombre ante el mundo natural, haciendo vehemencia en la insuficiencia nata que tiene la persona para valerse a sí misma. El amor de madre está diseñado para que la vida perdure. Somos la especie que más cuidados necesita para sobrevivir y que más demora en volverse autosuficiente. Es por ello que la madre es quien escribe la biografía de sus hijos desde el instante en que son engendrados, aprende éste ser, a ser para otro.

El icono materno es quien comienza a dar sentido a nuestra vida, ubica nuestra tendencia,  independientemente de la situación sociocultural o económica  en que  viva la familia, el bien presente que tenemos, es decir la madre, se nos convierte en alegría, al saber que estamos respaldados por una persona conocedora de nuestra realidad, que nos muestra el bien en sí mismo, es decir el amor, de lo que aparentemente se nos puede presentar como tal. La apariencia es de carácter engañoso ante los ojos humanos, a través de su poderío podría estafar el horizonte procurado por nuestras madres. Sin embargo no se es mamá solo cuando el hijo es menor, sino siempre, es por ello que se le considera como la protectora de la sociedad porque constantemente prevé lo que es propicio para sus hijos.

Según Albert Camus el hombre se pregunta por el sentido de la vida porque de alguna forma la trasciende y la supera. Solo el hombre, que es el único ser que pude hacerse este tipo de interrogantes, es porque tiene la facultad de superarse, es por eso que antes de que nosotros nos demos sentido, alguien nos ha dado sentido ya, imprimiendo en nosotros el deseo de  superar a nuestros predecesores (papás) y nuestra condición personal, porque cuando hay un porqué vivir, se soporta cualquier cómo,  al lado de nuestras madres surge en nosotros el deseo de superación, debido al aliento amoroso que han inspirado en nuestro ser.
Seminaristas del curso de 3º de Filosofía
 la Diócesis de Estelí 2016
Fuente: Facebook 

            Quien se despoja de sí amorosamente para convertirse en medio para alguien, es porque ama de verdad, y ese sometimiento lo podemos observar en detalles  de cariño como:  levantarse más temprano,   cuidar la casa, velar por la salud y educación de los hijos, trabajar por un salario para mantenerles. Es digno mencionar que se ha vuelto común y trillada la expresión “en España o USA” lamentablemente es real. La situación económica del país, obliga a muchas madres a emigrar, que parten sabiendo que se les desgarra el corazón al saber que se alejan de aquellos que más aman.

La madre en nuestro país sabe  resolver contrariedades  en el lugar y el tiempo precisos, haciendo, de ésta manera, un camino cómodo para sus hijos. La madre es eje central en ésta sociedad en cuanto que es la escuela original y  la primera pedagoga que educa en valores morales y éticos, haciéndoles distinguir a sus hijos las diferencias entre el bien y el bien aparente, es ella es el pilar de cualquier familia, si bien el padre muchas veces procura lo necesario, la madre es quien renuncia a ser ella misma por lograr que sus hijos sean lo que ella muy noblemente dejo de ser.

La renuncia a sí mismo solo puede emprenderse cuando se ama, cuando se ama de verdad. Para algunos filósofos como Aristóteles y Tomas de Aquino, el amor tiene  connotaciones  auténticas e incondicionadas, desinteresadas y fieles.

Marcos Rivera, en su sueño de ejecutar
la guitarra. Fuente: Facebook
La mujer es un ser especial escogido por la mano de Dios para dar vida, aún en pleno siglo XXI, no hay tecnología que se compare en crear o dar vida a un  ser humano, como perfecta y naturalmente lo hace una madre, la que acuna, carga y alimenta por nueve meses a un nuevo ser, que lo ama  antes de nacer, que se enternece con una sonrisa y llora de felicidad al verlo crecer. La madre que vela el sueño de su grandísimo amor, que lo acompaña con sus cuidos y consejos, que aun estando en la adultez, para ella sigue siendo su pequeño.

La libertad que precede al amor, la podemos ver reflejada en el acto voluntario y libre de una madre al momento que decide traer un hijo al mundo, teniendo en cuenta las responsabilidades que éste sostiene.

La madre nicaragüense es una luchadora en el sentido amplio de la palabra y los ejemplos son reales, es común que veamos a mujeres muy jóvenes convertidas en madres, la joven que renuncia incluso a la comodidad de su casa, a sus estudios por dedicarse a su hijo, es la expresión amorosa de alguien que  tiene puestas sus esperanzas en una persona  con la finalidad de que sea feliz, procurándole una vida quizá diferente a la de ella.

Existe en nuestro país un sinnúmero de madres solteras, que tal vez no fue su deseo ni su elección, pero es la realidad que desafortunadamente deben de superar. Tanto una madre formada intelectualmente, hasta la que no sebe leer, pero que a pesar de su vida austera sabe responder a las exigencias que conlleva tener un hijo, es el vivo reflejo del amor desinteresado y libre.

El amor de madre posee la facultad de multiplicarse sin perder fuerza. No baja con el número de hijos, sube, crece, se desparrama y se riega en cada uno de los vástagos, nomide consecuencias, es incondicional por definición y no espera retribuciones, su esfuerzo titánico por criar,  dar una buena calidad de vida, el apoyo incondicional y el cariño que  han regalado desde que se llega al mundo es algo que no se puede medir ni pagar.

Una madre es más valiosa que cualquier joya que se pueda conocer, el amor de una madre muchos lo comparan al amor de Dios, que es capaz de dar la vida por sus hijos. Preguntémonos. ¿Qué sería de nuestra vida si no tuviéramos una madre?, tal vez ya no haga presencia física, pero la tuvimos, conocimos a quien realmente y sin objetar nada nos amó. La madre es la única persona que nunca te va a fallar y  siempre que la necesites estará allí, aunque tú no la llames, porque una verdadera madre es  única, y de amor incondicional...Amemos y respetemos a nuestras madres valoremos todo sus sacrificios que han hecho y que seguirán haciendo por nosotros.

En su misericordia, nuestro buen Padre Dios, nos regaló el sublime y desinteresado amor con rostro de mujer. Una madre.

Marcos Medardo
Seminarista, 3º año de Filosofía

marcosrivezo10@gmail.com

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