sábado, 7 de mayo de 2016

NOTA EDITORIAL


Pbro. César Castillo Rector del Seminario Nacional
y S.E.R. Mons. Silvio, Obispo encargado de los
seminarios en Nicaragua.
Fuente: Facebook.


El Seminario Nacional, a través de los seminaristas, ha tenido la genial idea de dar cabida a una REVISTA en donde las dos facultades sea de filosofía como de teología puedan plasmar artículos concernientes a sus estudios tanto a lo interno de la Institución como fuera de ella, amigos y amigas, comunidades, bienhechores, parroquias y diócesis.

En este año, el Papa Francisco al regalarnos un año extraordinario de gracia, AÑO DE LA MISERICORDIA, nos hace pensar y reflexionar sobre Dios Misericordioso, y a la vez nos motiva a experimentar tanta bondad y misericordia divina en nuestras vidas. El mes de mayo, mes de las flores, es también un mes mariano, un mes para contemplar a la Santísima Virgen María como Madre, no como cualquier madre, sino como ¡Madre de Misericordia! Una de las oraciones marianas entre las más conocidas, la Salve, menciona a María como Madre de Misericordia.

La maternidad de María, es divina porque nos ha dado a su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, segunda persona de la Santísima Trinidad, pero me atrevo a decir, que es eclesial, porque también nosotros, bautizados, somos sus hijos porque el Hijo de Dios nos la ha querido heredar como MADRE.

Pbro. César Castillo
Saluda a Papa Francisco
Fuente: Facebook
Hoy, como nunca se nos habla de misericordia, pero ¿qué entendemos como tal? El Papa Francisco nos dice: Ninguno como María ha conocido la profundidad el misterio de Dios hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado entró en el santuario de la misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su amor (Misericordiae Vultus 24).

Quisiera concluir haciendo mención de otra expresión del Papa Francisco: María atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin excluir a ninguno. Dirijamos a ella para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús (Misericordiae Vultus 24).

El equipo formador, representado en este servidor, se complace en aprobar este proyecto y bendice su inicio y reza para un eficaz desenvolvimiento y acogida de nuestra revista. Motivamos a los lectores a que participen con nosotros en el arduo desempeño de reflexión e interiorización de la fe hasta alcanzar la plenitud de Cristo.
Afectuoso en Cristo y María,

Pbro. César castillo 

Rector del Seminario Nacional 

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